Nunca de puntillas. Corre por la vida clavando punta y tacón.
Siempre. Haz ruido. Mucho ruido. El mundo es de los ruidosos. Esto me lo dijo mi hermano, y no le
falta razón. El cauteloso, sigiloso y por ende, miedoso, me da pereza. La vida está para los osados, los que arriesgan, y los que hacen un all in con dos
reyes de mano y un as en la mesa jugando al póker.
Estar subordinado
al ayer es renunciar al mañana. La excusa más generalizada por la cual la
gente no corre, es porque dice que se cansa rápido. ¿No pretenderás hacer un
maratón sin haber tenido mil fatigas antes? Steve Jobs fracasó muchas veces
antes de fundar esa PYME llama Apple. Afortunadamente no cejó en su empeño tras
arruinarse por décima vez. Si ayer no pudiste, no quiere decir que ahora no
puedas. Quizás ahora no puedas ni con 3 kilómetros, pero si te empeñas algún
día podrás correr 20.
El fragor del éxito es proporcional al
esfuerzo puesto. Las conquistas fáciles son efímeras. Perdura aquello que ha
costado y nos ha expoleado al máximo.
La vanidad nos aleja del sentido de las
proporciones. Con la humildad por bandera y la arrogancia por defenestre,
No es más el que corre un maratón en menos de 3 horas que el que lleva el
resuello de mochila durante una carrera de 4 kilómetros.
Demasiado mayor? Si alguien ha visto
Terminator Génesis, conocerá la frase del bueno de Arnold Schwarzenegger que
dice “ No estoy obsoleto, solo viejo”. Porque la vejez indica que has vivido;
la obsolescencia que no te has renovado. Quizás pasen los años y pensarás que
tus piernas, que se han forjado, o están por forjar, a base de zancadas, han
envejecido y que ya no serás capaz de hacer las marcas de tu juventud, pero es
más constructivo pensar que tu cabeza ha adquirido la inteligencia y
conocimiento viendo y viviendo lo que en tus inicios era una quimera.
Uno de los motivos de la displicencia humana es que nos conformamos con lo que necesitamos en vez de luchar por lo que nos merecemos. No hemos venido a a este mundo a sobrevivir, sino a vivir. Imponte la necesidad de hacer algo grande, y lo que más a mano tienes es correr una distancia que nunca has hecho, o en un tiempo que nunca has conseguido o en un terreno cuya sinuosidad no has experimentado.
Simplificando, te aconsejo que corras en general.
Corre porque nunca lo has hecho;
Corre porque el dorsal de la carrera es la materialización de la satisfacción intangible de cruzar la meta;
Corre porque valorarás que llevó a esa persona a correr y como lo consiguió, más allá de si entró delante o detrás tuyo;
Corre porque te demostrarás a ti mismo que no estás tan viejo.
Corre y consigue cruzar la meta por aquellos que te dijeron que no lo conseguirías y brinda por ellos
Hay mil motivos, busca el tuyo.
Un buen comienzo puede ser, venirte este sábado a Olmos de Esgueva (Valladolid) a correr por una buena causa:
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